domingo, 27 de octubre de 2013



TATUAJE
Los tatuajes estaban y estarán de moda siempre. Algunos por motivos familiares, recuerdos o cosas originales. Casualmente suelen ser por amor a hijos, madres, padres… etc. Hubo una vez una mujer que se llamaba Tatuaje, apodada como La Tatú. Era una mujer alta, pelo negro ondulado,  ojos marrones y con una cicatriz que le ocupaba toda la cara. Estuvo en la cárcel por motivo de asesinato y robo. ¡Cualquiera salía a la calle con La Tatú suelta! La soltaron al cabo de 5 años. En la cárcel estaba sin ver a sus hijos en la visita, con una compañera loca y nada de comer. Su nombre provenía de la cárcel y del delito que cometió. En verdad ella se llama Mari Ángeles y sus dos hijos Pedro y José. Sus hijos eran ya mayores, tenían estudios y ellos no querían saber nada de ella. Por eso se fueron con su padre a vivir en una casa lejos de ella. La mujer en verdad no estaba muy preocupada por sus hijos sabiendo que estaban con su padre, pero ella siempre los iba a querer. La Tatú decidió hacer borrón y cuenta nueva. Se casó con un millonario llamado Martin en Las Vegas, se cogieron un chalet para vivir y también hijos que mantener.